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Bienvenidos al Blog del Osezno.

Desde mi osera escribiré de vez en cuando para mostraros cómo se ve la vida desde aquí.

martes, 31 de agosto de 2010

CONFESIÓN

Damas y caballeros, creo que ha llegado la hora de que sepan algo que, a varios de Uds va a sorprender y a otros no tanto: Soy un osezno cristiano, católico y practicante. Vamos, de los de misa de domingo y sentimiento de pertenencia a un grupo humano llamado parroquia, llamado Iglesia.
Como comprenderán, esto no sale de la noche al día sino que viene de lejos. No puedo decir que la catequesis, por las que casi todos Uds han pasado también, fuera lo que me ha hecho acercarme a la Fe cristiana. Era demasiado joven para tan importante decisión. Las clases de religión en el cole me gustaban, pero tampoco fueron definitivas. Lo fue mucho más la propuesta cariñosa de mi madre, de quien siempre me he fiado en la vida y no me ha ido nada mal. Cuando mi primo Fernando se confirmó (sacramento siguiente al de la 1ª Comunión), ella me propuso apuntarme a un grupo de confirmación en la parroquia del barrio. Y como en muchas otras ocasiones me dejé guiar y dije “Sí”. De pocas decisiones me voy a alegrar tanto como de esa. El grupo de gente que conocí, lo que me enseñaron las hermanas dominicas a lo largo de tantos años, tantas convivencias, tantas actividades parroquiales, han conformado la personalidad del osezno que soy hoy en día. Y no sé a Uds, pero a mí me gusta como soy (con muchas cosas aún que pulir). Les sorprenderá saber que aún nos seguimos reuniendo en la parroquia y organizando actividades, después de tantos años.

Se podrán imaginar que no ha sido demasiado fácil para mí. Desde muy joven he tenido que soportar, echándole humor y paciencia, todas las bromas y comentarios de mal gusto que mis idas y venidas por la parroquia del barrio provocaban en mis amigos y conocidos. Que si ya vas a la secta, que si cuántos pollos habéis matado hoy. Que si sólo vas para ligar con las chicas. (Pobre de mí, si se juntaran todas las chicas con las que he ligado en mi vida se podría hacer un cara a cara jaja!! Pero bueno, eso será tema de otro Blog)

Con el tiempo lo he asumido, y como estoy convencido de querer hacerlo, pues me ha sido más leve el “acoso”. No diré que hoy lo voy publicando a los 4 vientos (excepción hecha de este blog), pero tampoco lo niego llegado el caso.

Y todo ello a pesar también de las etiquetas que de pronto aparecen colgadas en tu espalda cuando te das a conocer como cristiano: Persona de derechas, aburrido, recto, “rarito”, estirado, acomplejado, mojigato … Pues nada más lejos de la realidad, damas y caballeros, y espero que los que me conocéis lo podáis corroborar. Pero es muy injusto tener que quitarte esas etiquetas una y otra vez. Se acaba uno cansando y dejando que cada cual piense lo que quiera.

Mentiría si dijera que soy un cristiano perfecto, y además atentaría contra el mayor valor que conozco y con el que trato de guiarme, la humildad.
Trato de seguir unos sencillos principios asimilados, buscar la felicidad, desvivirse por el de al lado, ponerse en su lugar y no prejuzgar, tratar de entender a todo el mundo y de convivir sacando lo mejor de cada uno. Cosas sencillas en las que si pusiéramos tanto esfuerzo como el que malgastamos en meternos el dedo en el ojo unos a otros, creo que no nos iría nada mal.

Tampoco puedo decir que esté de acuerdo con la totalidad de lo que se promulga en los púlpitos de este país. Cierto que los medios de comunicación están ávidos de carnaza con la que arremeter contra la Iglesia, pero algunos sermones son intragables, se te hace bola al escucharlos. Sólo diré como defensa que los curas también son personas, y también se equivocan, como cualquiera de nosotros (y yo especial y constantemente). Pero gracias a Dios la Iglesia no son sólo los curas y obispos, aunque sea esto lo que se vende. Diré también que le debo muchas cosas a curas que se han cruzado en mi camino, incluso a “cargos” más altos. Pero tampoco justifico algunas atrocidades que se han cometido.

Los valores aprendidos y asimilados en la parroquia no me han hecho ningún mal, todo lo contrario. Me proporcionan paz interior en los malos momentos, me han regalado relaciones de amistad impresionantes, me han ayudado a crecer y a vivir tranquilo y feliz. Me alegro una infinidad de los pasos dados hasta aquí, y espero dar muchos más porque la ruta dura toda la vida.

Ahora que conoces mi “secreto”, ¿te parezco otra persona? ¿Me miras con otros ojos?

Yo no, no soy nada intransigente y no exijo que la gente de mi alrededor comparta mi Fe. Prueba de ello es que la mujer de mi vida, la que me hace vibrar de felicidad día a día, no está ni bautizada, y se pueden contar con los dedos de las manos las veces que me ha acompañado a mi parroquia (esfuerzo que en esas ocasiones le agradezco enormemente).

No me juzgues como alguien distinto a quien conocías, yo no lo haría contigo. Y por cierto, tira esas etiquetas que tienes en las manos, a mí por lo menos no voy a permitir que me las cuelgues.

1 comentario:

  1. http://asisesientenloshumanos.blogspot.com/2009/06/la-otra-salida-del-armario.html

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